sábado, 2 de febrero de 2019

Glándulas salivales



Glándulas salivales



Las glándulas salivales en diversas especies biológicas son glándulas exocrinas en el sistema digestivo superior que producen la saliva que vierten en la cavidad bucal.  La saliva es un líquido de consistencia acuosa, que contiene proteínas, glucoproteínas, hidratos de carbono y electrólitos, células epiteliales descamadas y leucocitos. Su función, entre otras, es iniciar la digestión de los alimentos al humedecerlos para ayudar en el proceso de masticar y deglución y contiene enzimas que comienzan el proceso de digestión de carbohidratos y grasas.



Clasificación anatómica:

Las glándulas salivales mayores representadas por 3 glándulas pares: las glándulas sublinguales: ubicadas en el tejido conectivo de la cavidad oral, glándulas parótidas y glándula submaxilar: ubicadas por fuera de la cavidad oral.

Las glándulas salivales menores, secundarias o accesorias se encuentran distribuidas en la mucosa y submucosa de los órganos de la boca y son las glándulas labiales, genianas, palatinas y linguales.

Glándula parótida:

Es una glándula tubuloacinosa que es sólo serosa, comunicada con la boca a través del Conducto de Stenon. Produce alrededor de 1 - 1.5 L de saliva por día.



Glándula submaxilar:

La glándula submaxilar es una glándula salival que tiene una forma irregular y un tamaño parecido a una nuez con un peso de 8 a 15 gramos. Se localiza en la parte posterior del piso de la boca. Esta glándula produce una secreción musinosa acuosa, llamada mucoserosa, a través del conducto de Wharton.

Glándula sublingual:

Es la más pequeña en volumen y peso (representa un tercio aproximadamente de la submandibular). Ubicada en el surco alveololingual, subyacente a la mucosa con un borde craneal que produce una elevación denominada eminencia sublingual. Su forma es elipsoidal y está aplanada transversalmente, con un eje mayor de dirección ventromedial, y mide 3 centímetros de longitud aproximadamente. El conducto que vierte la saliva a la boca es el de Rivinus.



Glándulas salivales mayores en la especie humana.
1. Parótida
2. Submaxilar
3. Sublingual.



Glándulas salivales menores:

Son pequeñas, numerosas y superficiales, situadas en los diferentes órganos de la cavidad bucal con excepción de las encías y parte anterior del paladar duro. Son labiales, genianas o vestibulares, palatinas y linguales. A excepción de las linguales de Von Ebner que son de secreción serosa, la mayoría son mixtas, con predominio mucoso.1​

Aunque son responsables de la menor cantidad de saliva producida (5-10 % del total) son las que, por su producción continua, mantienen la lubricación o humedad de la boca y contribuyen a mantenerla libre de infecciones y caries por producir una película protectora y, con su alto contenido de mucinas inmunoglobulinas, fosfatasas ácidas y lizosimas, impedir la colonización de los gérmenes y su ataque al esmalte dental.


Sistema Inmunológico



Sistema Inmunológico

El sistema inmunológico es la defensa del cuerpo ante organismos infecciosos y otros invasores. Mediante una serie de pasos llamados "respuesta inmune", el sistema inmunológico ataca a los organismos y las sustancias que invaden los sistemas del cuerpo y causan las enfermedades. El sistema inmunológico se compone de una red de células, tejidos y órganos que trabajan en conjunto para proteger al cuerpo. Las células mencionadas son glóbulos blancos (leucocitos) de dos tipos básicos, que se combinan para encontrar y destruir las sustancias u organismos que causan las enfermedades.



Los leucocitos:

se producen o almacenan en varios lugares del cuerpo, que incluyen el timo, el bazo y la médula ósea. Por este motivo, estos órganos se denominan "órganos linfáticos". Los leucocitos también se almacenan en masas de tejido linfático, principalmente en forma de ganglios linfáticos, que se encuentran en todo el cuerpo. En el cuerpo, los leucocitos circulan desde y hacia los órganos y los ganglios por medio de vasos linfáticos y vasos sanguíneos. De esta manera, el sistema inmunológico funciona de forma coordinada para controlar el cuerpo en busca de gérmenes o sustancias que puedan ocasionar problemas.

Los dos tipos básicos de leucocitos son:

Los Fagocitos: que son células que destruyen a los organismos invasores

Los Linfocitos: que son células que permiten al cuerpo recordar y reconocer a los invasores anteriores y lo ayudan a destruirlos



Los fagocitos incluyen varias células diferentes. El tipo más común son los neutrófilos, que principalmente atacan a las bacterias. Si los médicos sospechan una infección bacteriana, pueden pedir un análisis de sangre para saber si el número de neutrófilos del paciente ha aumentado debido a la infección. Los otros tipos de fagocitos tienen funciones específicas para garantizar que el cuerpo reaccione adecuadamente a un determinado tipo de invasor.

Los dos tipos de linfocitos son los linfocitos B y los linfocitos T. Los linfocitos se originan en la médula ósea y, o bien se quedan allí y se convierten en células B, o se dirigen a la glándula del timo, donde se convierten en células T. Los linfocitos B y los linfocitos T tienen funciones diferentes: Los linfocitos B funcionan como el sistema de inteligencia militar del cuerpo, ya que localizan el objetivo y envían defensas para atraparlo. Las células T se asemejan a los soldados: destruyen a los invasores que el sistema de inteligencia identifica.

El Bazo

Es el órgano más grande del sistema linfático, en un adulto puede pesar de 150-200 gramos y tiene forma de puño. Se sitúa al lado izquierdo de la cavidad abdominal debajo del diafragma y detrás del estómago, protegido por las costillas 9, 10 y 11.

Está formado por dos tipos de tejidos:

Pulpa roja: es el tejido mayoritario de color rojizo, que anatómicamente forma la parte externa del bazo y que contiene en su interior a la pulpa blanca. Se denomina así porque está formado por un gran número de vasos sanguíneos, llamados capilares sinosoïdes, que facilitan la entrada y salida al tejido de células de la sangre.

Pulpa blanca: está constituida por una especie de nódulos blanquecinos de tejido linfoide, en el que se pueden encontrar linfocitos T y células B en compartimentos separados.



Las funciones del bazo:

Se pueden clasificar en dos tipos

De tipo hematológicas:

Filtrado de la sangre y eliminación de hematíes viejos o inmaduros y de células propias no funcionales.

El bazo es uno de los principales depósitos de hierro junto con el hígado y la médula ósea.

Diferenciación de glóbulos blancos.

De tipo inmunológicas:

Fagocitosis de células extrañas dañinas como bacterias, virus y otros antígenos.

Formación de inmunoglobulina M debido a la entrada  de antígenos filtrados desde la sangre

 Producción de opsoninas importantes para fagocitar las bacterias.

Problemas relacionados con el bazo

Los más habituales son

 Esplenomegalia: existen enfermedades como infecciones crónicas o cánceres de la sangre que dan lugar a un aumento desproporcionado del bazo lo que conlleva una destrucción masiva de eritrocitos (glóbulos rojos) y consecuentemente anemia hemolítica. Este aumento de tamaño puede ocasionar además el aplastamiento de órganos próximos como el estómago o los pulmones, y también del diafragma.

 Rotura del bazo: puede producirse como consecuencia de un traumatismo, típicamente por accidentes de tráfico.

En ambos casos se debe realizar una esplenectomía o extirpación del bazo. Posteriormente algunos órganos como el hígado asumen las funciones perdidas aunque se habrá originado una situación de mayor susceptibilidad a las infecciones.






Órganos de los Sentidos



Órganos de los Sentidos

Vista:

El órgano sensorial que se encarga de captar la luz en los vertebrados es el ojo. Es una estructura ovoide formada por varios tipos de tejidos dispuestos de tal manera que permiten la proyección y enfoque de la luz sobre una capa de células nerviosas que forman la retina, las cuales convertirán dichos rayos de luz en impulsos nerviosos que viajarán por el nervio óptico (par nervioso II) fundamentalmente hasta el núcleo geniculado del tálamo y desde ahí llegará la información a la corteza cerebral visual, localizada en la parte posterior del encéfalo



El ojo:

El ojo es la estructura que capta la luz reflejada por los objetos, la procesa y envía la información en forma de impulsos eléctricos al cerebro para su interpretación. Es una estructura redondeada y polarizada, es decir, tiene distinta organización según la zona. Desde la parte anterior hasta la posterior nos encontramos con la córnea, cámara anterior, iris, músculos ciliares y cristalino, cuerpo vítreo, retina, coroides, esclerótica y nervio óptico. Estas estructuras se reparten en tres túnicas concéntricas (excepto el cristalino): túnica fibrosa; túnica vascular y túnica nerviosa



La córnea:

La córnea es una lámina de tejido formado por cinco capas: epitelio corneal, membrana de Bowman, estroma, membrana de Descement y endotelio. El epitelio corneal es la capa más externa, es epitelio plano estratificado, contiene numerosas fibras nerviosas, es muy sensible, y tiene una gran capacidad de regeneración. El epitelio corneal se continúa lateralmente con el epitelio de la conjuntiva. Bajo el epitelio corneal nos encontramos con la membrana de Bowman. Esta membrana no está presente en todos los mamíferos y es una capa que contiene fibras de colágeno, pero no posee fibras elásticas. Bajo la membrana de Bowman está el estroma de la córnea. Esta capa es la más ancha y puede representar hasta el 90 % del espesor de la córnea. Es tejido conectivo con láminas de colágeno, fundamentalmente colágeno tipo I y IV, organizadas en capas y con orientación diferente en cada capa. En la parte inferior de la córnea tenemos la membrana de Descemet, que es la lámina basal del endotelio que viene a continuación, el cual está en contacto directo con la cámara anterior. La córnea se continúa lateralmente con con la esclerótica en una región de transición denominada limbo.





El iris:

Es la estructura ocular que separa la cámara anterior de la posterior y está unido en su parte periférica al cuerpo ciliar. En la zona central de iris hay una abertura denominada pupila, por la que entra la luz hacia el cristalino. La zona del iris próxima a la pupila se denomina pupilar y la más periférica se denomina ciliar. El iris es principalmente tejido conectivo laxo altamente vascularizado. Aquí los vasos tienen la misma estructura independientemente de su diámetro, no poseen capa muscular. La superficie posterior o más interna del iris es un epitelio de doble capa fuertemente pigmentado, lo que da el color a los ojos, que suele depender de la cantidad y disposición del pigmento. El iris actúa a modo de diafragma ajustable gracias a la presencia de dos músculos. El esfínter de la pupila se encarga de reducir el diámetro de la pupila. Es músculo liso inervado por fibras parasimpáticas del ganglio ciliar y tiene una disposición circular. El músculo dilatador aumenta el diámetro de la pupila. Está formado por células mioepiteliales organizados radialmente y está inervado por neuronas simpáticas del ganglio cervical superior.



La retina:

La retina es la estructura receptora de la luz y es la más interna de las túnicas oculares. Es resultado de una evaginación del sistema nervioso central producida durante el desarrollo embrionario. Esta evaginación se pliega en forma de copa de manera que tiene dos capas, una externa o pigmentada y otra interna o neuronal, que es la retina propiamente dicha. La retina neuronal está formada por neuronas fotorreceptoras que captan la luz y por otras neuronas que procesan la información para enviarla a través del nervio óptico al encéfalo. Posee hasta 10 capas de neuronas, siendo la más externa la de los fotorreceptores, los cuales se dividen en dos tipos según su forma: los conos y los bastones. Los conos son los responsables de la visión de los colores, mientras que los bastones captan intensidad de luz. Los conos están distribuidos por toda la retina pero son muy abundantes en la fóvea, un lugar de la retina donde el ojo enfoca la luz. Mover el ojo para ver un objeto supone mover la fóvea para que reciba la luz del objeto en el que estamos interesados. Los axones que forman el nervio óptico salen de la capa más interna de la retina por lo que deberán atravesar la retina en un punto para dirigirse al encéfalo. Este punto carece de fotorreceptores y es por tanto un punto ciego de la retina. No somos conscientes de este punto negro en nuestro campo de visión porque el cerebro se encarga de "ocultarlo".



Oído:

Lo que se conoce comúnmente como sistema auditivo o simplemente oído está formado por dos sistemas: auditivo y vestibular. El primero nos permite oír, es decir, captar sonidos, mientras que el segundo es responsable del equilibrio. El sistema auditivo se divide en tres compartimentos: oído externo, oído medio y oído interno.



Oído externo:

Está formado por el pabellón auricular u oreja y por el conducto auditivo externo, el cual comunica el medio externo con la membrana timpánica. El pabellón auricular es externo, de forma ovalada y formado principalmente por cartílago elástico y tegumento. Está recubierto por una epidermis fina y con numerosos folículos pilosos, aunque depende de la especie. El conducto auditivo externo tiene forma de tubo que empieza en el pabellón auricular y termina en la membrana timpánica.

Oído medio:

La función del oído medio es la conversión de las ondas del aire, que llevan la información sonora, en un movimiento mecánico de los huesos que se transmitirá al oído interno. El proceso comienza en la membrana timpánica o tímpano, que vibra junto con las vibraciones del aire que se transmiten desde el exterior por el conducto auditivo externo. Estas vibraciones de la membrana se transmiten directamente al hueso martillo, éste mueve al yunque y éste al estribo. El estribo está en contacto con el laberinto del oído interno (ver más abajo), donde se transforma ese movimiento en corrientes de fluido líquido. Esta comunicación entre estribo y el laberinto se hace a través de unos espacios del hueso denominados ventanas: ventana vestibular (oval) y ventana coclear (redonda). En la cavidad timpánica hay dos músculos, uno conectado al martillo y otro al estribo.



Oído interno:

Está formado por el denominado laberinto . Hay un laberinto óseo y un laberinto membranoso. El laberinto óseo está contenido en el hueso temporal del cráneo y está formado por los conductos semicirculares, el vestíbulo y la cóclea. En el centro del laberinto óseo está el vestíbulo, desde el que parten los canales semicirculares, los cuales son conductos dentro del hueso con forma semicircular. Hay tres: superior, posterior y lateral o externo. Las cavidades interiores de los canales semicirculares están conectadas con la del vestíbulo. Al otro lado de los canales semicirculares se encuentra la cóclea, también conectada con el vestíbulo. La cóclea o caracol es un conducto enrollado en espiral.



Gusto:

El sentido del gusto es el encargado de percibir sabores de sustancias, sobre todo posibles alimentos, que entran en la boca. Sin embargo, el sabor se percibe sobre todo por el olor, es decir, por el sentido del olfato. Las estructuras sensoriales encargadas de detectar el gusto se denominan botones gustativos y se localizan sobre todo en las papilas de la lengua. Las papilas son protuberancias de la superficie de la lengua, que pueden ser de tipo filiforme, foliadas, fungiformes y caliciformes. Los botones gustativos se suelen disponer en el ápice de las papilas fungiformes y en las partes laterales y profundas de las caliciformes. Los receptores que se encuentran en los botones gustativos hacen contacto sináptico con axones sensoriales primarios. Éstos axones entrarán al encéfalo por dos nervios: VII y IX, que inervarán el núcleo del tracto solitario, éste al núcleos del tálamo y desde ahí la información llegará hasta la corteza gustativa.

Lengua:

La lengua es el órgano donde se encuentran las papilas con los botones gustativos. Básicamente, la lengua es un músculo esquelético estriado encargado de mover la comida y, en algunos animales, de ayudar a la emisión de sonidos.



Los botones gustativos son las estructuras que contienen a las células encargadas de reconocer a las moléculas causantes de los sabores. Los botones gustativos se encuentran en las papilas de la lengua, pero también en otras partes de la cavidad oral como el paladar y la epiglotis. Tienen una forma como de cebolla (sin hojas) con la parte más apical en contacto con el espacio exterior. En ellos hay tres tipos de células. En la periferia se encuentran las de sostén o subtentaculares. Más internamente están las células neuroepiteliales gustativas, de las que suele haber de 10 a 14 por botón gustativo. Éstas son quimiorreceptores que reconocen a las moléculas gustativas y transducen la unión en señales que transmiten a las terminaciones nerviosas que las abrazan. Un tercer tipo celular son las células basales, localizadas periféricamente cerca de las lámina basal, propuestas como las células madre encargadas de ir reponiendo las células del botón gustativo que van muriendo.



La información que generan las células receptoras de los botones gustativos tras el estímulo de una molécula de sabor es recogida por diferentes nervios según la zona de la lengua donde se localicen dichos botones. Los situados anterior y medialmente están inervados por el nervio VII (facial), mientras que los más posteriores y los situados en la faringe lo están por el nervio IX (glosofaríngeo), los localizados en la laringe y epiglotis por el nervio X (vago). Estos nervios entran al rombencéfalo (cerebro posterior) a distinta altura, pero la información converge en el núcleo del tracto solitario del rombencéfalo, desde donde se manda la información a centros del tálamo, y desde ahí llega hasta la corteza gustativa.





Olfato:

Afecta a la alimentación, relaciones sociales, comportamiento predador, orientación espacial, maternidad, improntas parentales, etcétera. La importancia es clara puesto que cuando este sistema se lesiona (en roedores) se producen deficiencias en los patrones de sueño, sexuales, de agresividad, cuidado maternal y produce comportamientos similares a los estados de ansiedad. Los componentes básicos de la olfacción se han mantenido constantes durante millones de años. Es interesante observar que la organización del sistema olfativo en insectos es similar al de vertebrados, al menos en los elementos iniciales, y molecularmente es donde hay más semejanzas.

La olfacción comienza en el epitelio olfativo, que se encuentra en una zona de la cavidad nasal próxima al cráneo . El epitelio olfativo está formado por neuronas que poseen receptores que son estimuladas por las moléculas olorosas y que agrupan sus axones en el nervio olfativo (nervio I). Este nervio cruza el cráneo por la denominada placa cribosa y sus axones llegan al bulbo olfativo, parte rostral del encéfalo. Aquí, los axones de este nervio se dividen en grupos y terminan formando unas estructuras denominadas glomérulos olfativos, donde se transmite la información olfativa primaria a otras neuronas, sobre todo a las células mitrales.



Epitelio olfativo principal:

El epitelio olfativo principal es un epitelio pseudoestratificado formado por diferentes tipos celulares que en humanos abarca 1 cm2 aproximadamente. El principal tipo celular son las neuronas receptoras, las cuales son las responsables de reconocer a las moléculas olorosas, y excitarse produciendo una respuesta eléctrica. Son células bipolares que en su superficie libre (apical) contienen cilios o microvellosidades donde se localizan los receptores que reconocen a las moléculas olorosas. Cada neurona receptora expresa un solo tipo de receptor en sus membranas y en todo el epitelio puede haber miles de receptores olfativos diferentes. En el epitelio olfativo hay por tanto miles de poblaciones de neuronas sensibles a una señal olorosa. En su parte basal, las neuronas receptoras emiten un axón que abandona el epitelio olfativo y se une a otros axones para cruzar la placa cribosa camino del bulbo olfativo. Localizadas entre las neuronas receptoras están las células acompañantes, cuya principal misión dar soporte a las neuronas y probablemente para aislarlas eléctricamente también.



Sentidos cutáneos:

En la piel, el órgano sensorial más grande que tenemos, hay una serie de receptores que permiten obtener información del medio externo: estímulos mecánicos (tacto, presión, vibración), térmicos y dolorosos (daños mecánicos y químicos). Al contrario que en otros sentidos donde los receptores están concentrados en un órgano, estos tipos de información son captados por prolongaciones nerviosas terminales, libres o encapsuladas, que se distribuyen por toda la piel del cuerpo con diferente densidad según la zona. El mecanismo funcional es similar en todos ellos, un estímulo provoca deformación o cambios en la membrana del nervio que desencadena un cambio en la potencial de membrana que genera un potencial de acción que se transmite hasta el soma de la neurona, y desde ahí al sistema nervioso central.

Terminaciones libres:

Hay una variedad de terminaciones libres que están asociadas a determinados tipos de células . Por ejemplo, los discos de Merkel son terminaciones libres que adoptan una forma de copa para envolver a las células de Merkel de la epidermis. Los discos de Merkel son mecanorreceptores muy sensibles y de adaptación lenta, por lo que informan sobre estímulos prolongados. Son abundantes en la yema de los dedos y en los labios, aunque se localizan en toda la piel. También hay terminaciones libres que envuelven a los folículos pilosos denominadas terminaciones libres peritriquiales, que también son mecanorreceptoras. Estas terminaciones suelen ser de adaptación rápida, es decir, sólo detectan cambios mecánicos, incluso muy leves.




Sistema Excretor



Sistema Excretor

PRONEFROS: Formado por 7-10 grupos celulares que forman los nefrostomas, unidades vestigiales excretoras, al final de la cuarta semana el sistema pronéfrico desaparece dejando sus vestigios que son los nefrostomas.

 MESONEFROS: Mientras se da la regresión del sistema pronéfrico, se forman los primeros túbulos excretores del mesonefro que se alargan formando una S y dando origen a una serie de capilares que formaran un glomérulo y alrededor del glomérulo los túbulos forman la capsula de Bowman y estas dos estructuras juntas forman el corpúsculo renal. El túbulo se inserta lateralmente en el conducto colector longitudinal llamado conducto mesonéfrico o conducto de Wolff. Los túbulos caudales todavía se están desarrollando mientras que los craneales se degeneran y desaparecen en el aparato urogenital femenino.

METANEFROS: Estas unidades secretoras se desarrollan a partir del mesodermo metanéfrico a partir de él se desarrolla el riñón definitivo y el sistema colector y el sistema excretor.



SISTEMA EXCRETOR:

Cada túbulo colector formado está cubierto por un casquete de tejido metanéfrico en su parte distal, estas células del casquete forman pequeñas vesículas llamadas vesículas renales y estas a su vez generan unos túbulos en forma de S. Los capilares crecen en un extremo de la S y se diferencian en glomérulos, ambos, túbulos y glomérulos forman las nefronas o unidades excretoras, que es la unidad funcional del riñón, y el extremo proximal de cada nefrona desarrolla la cápsula de Bowman, mientras que el extremo distal y su alargamiento continúo da lugar a el túbulo contorneado proximal, el asa de Henle y el túbulo contorneado distal.

Las nefronas se desarrollan hasta el momento del nacimiento, donde tenemos cerca de 1 millón de nefronas por riñón, al momento del nacimiento los riñones tienen una forma lobulada que con el tiempo desaparece debido al crecimiento de las nefronas, pero cabe resaltar que en este crecimiento no se aumenta su número o cantidad, simplemente su tamaño.



POSICIÓN DEL RIÑÓN:

Al comienzo del desarrollo urogenital el riñón se empieza a formar en la región pélvica en una posición caudal, pero a medida que se desarrolla pasa a la región abdominal en una posición más craneal debido al crecimiento y perdida de la curvatura corporal del feto.





 FUNCIÓN DEL RIÑÓN:

El riñón definitivo formado a partir del metanefros pasa a ser un funcional en la semana 12, la orina pasa a la cavidad amniótica y se mezcla con el líquido amniótico, durante el periodo fetal el riñón no realiza su función de excreción de productos de desecho debido a que esta función es realizada por la placenta.

VEJIGA Y URETRA:

Aproximadamente de la 4ta a la 7ma semana la cloaca se divide anteriormente en el seno urogenital y posteriormente en el conducto anal, el seno urogenital se diferencia en 3 partes, la superior y además más grande es la vejiga urinaria.

Al principio la vejiga es continua con el alantoides pero cuando la luz del alantoides desaparece, el uraco se mantiene y se une al ápice de la vejiga y el ombligo que en el adulto es el ligamento umbilical medio. La siguiente parte del desarrollo origina la parte prostática y membranosa de la uretra, se origina es en el sexo masculino y es un conducto estrecho desarrollado a partir de la parte pélvica del seno urogenital. (imagen)

La última parte es la parte fálica del seno urogenital, esta aplanada en ambos extremos y a medida que el tubérculo genital crece, esta parte se extiende ventralmente, el desarrollo de la parte fálica del seno urogenital difiere ampliamente entre los dos sexos.

Durante la diferenciación de la cloaca, las partes caudales de los conductos mesonéfricos desaparecen absorbidos por las paredes de la vejiga y quedan como sus excrecencias los uréteres, los cuales entran a la vejiga por separado y como consecuencia del ascenso de los riñones los orificios uretrales se desplazan hacia una posición más craneal. Mientras tanto los orificios de los conductos mesonéfricos, en el sexo masculino se desplazan para introducirse en la uretra prostática para posteriormente pasar a ser los conductos eyaculadores.


Sistema Respiratorio


Sistema Respiratorio

El desarrollo del sistema respiratorio corresponde a la secuencia de procesos morfológicos que tienen como finalidad formar un sistema respiratorio funcional para realizar el intercambio gaseoso entre el medio interno del individuo y su medio externo, el sistema respiratorio surge como un derivado del divertículo respiratorio, como una invaginación de la pared ventral que se forma en la porción más cefálica del intestino anterior, caudal a lo que será el cuello del hombre, esta invaginación ocurre aproximadamente entre la 3ºy 4º semana, en el periodo somítico del embrión y en donde ya existen los esbozos de lo que será el futuro sistema digestivo.

Cuarta semana:

Origen endodérmico: El epitelio de la laringe.  La tráquea.  Los bronquios y  Los alveolos pulmonares.

Origen mesodérmico: Estructuras cartilaginosas.  Musculares.  Sistema vascular.

El primordio respiratorio crece caudalmente formando inicialmente la tráquea, de la tráquea surgen dos evaginaciones: 

Derecha: se divide ulteriormente en tres ramas.

Izquierda: se divide en dos ramas.  Sucesivas ramificaciones bronquiales prosiguen hasta el sexto mes del desarrollo embrionario.

Los pulmones se cubren de una hoja visceral que deriva de la hoja esplácnica del mesodermo, la parte interna de la caja torácica está tapizada por otra pleura parietal derivada de la hoja somática mesodérmica, las membranas pleuroperitoneales, junto con el septum transversum, el mesenterio esofágico y ciertos componentes musculares de la pared del cuerpo, conforman el diafragma.

Los vasos pulmonares tienen su desarrollo en la quinta semana, arterias y venas se desarrollan conjuntamente, antes del nacimiento su desarrollo está relacionado estrechamente con el crecimiento bronquial, la inervación del pulmón, simpática y parasimpática, se establece durante la sexta semana de gestación.

En el séptimo mes de vida intrauterina aparecen los alvéolos, que completarán su desarrollo después del nacimiento:

Células epiteliales alveolares tipo I: se adelgazan y se adaptan para el intercambio gaseoso. 

Células epiteliales alveolares tipo II: encargadas de la producción de material surfactante.



Período canalicular:

En este estadio se forma la «unidad respiratoria» o «acino». Los componentes de dicha unidad son: un bronquiolo terminal con 2 a 4 formaciones tubulares y un conjunto de 6 a 7 sáculos.



Período perinatal:

Movimientos respiratorios por efectos hormonales o mediadores químicos, reabsorción de líquido pulmonar alta concentración proteica, cese de la bomba de sodio epitelial, insuflación del pulmón, reabsorción a través de los linfáticos pulmonares., reducción de la presión intratorácica, todos estos factores favorecen a la reabsorción de líquido fetal.



Período posnatal:

(6ª - 8ª semana): tiene lugar un rápido desarrollo alveolar.

1 Se produce una elongación de los bronquiolos respiratorios.

2 Los sáculos y los conductos transicionales se transforman en conductos alveolares mediante un aumento de su longitud.

3 Durante los años siguientes al nacimiento se van produciendo cambios pulmonares hasta aproximadamente los 7 años.



Laringe:

La laringe se continúa con la tráquea inmediatamente por el cartílago cricoides, el cual se reconoce por la forma de un anillo completo, son 7 cartílagos que le dan soporte, epiglotis, glotis, cricoides, hioides., aritenoides, corniculados de Santorini, cuneiformes de Wrisberg.  Los últimos tres son pares.





Tráquea:

0-12 cm de longitud, va desde el borde inferior del cartílago cricoides hasta la carina.

 Dos porciones:
 Extratorácica, y intratorácica, posee de 16-18 cartílagos en forma de herradura, incompletos en su pared posterior, mide 25mm

Pulmón derecho:

Lóbulo. Segmento. superior apical posterior anterior s1 s2 s3 medio lateral medial s4 s5 inferior superior o apical basal medial basal anterior basal lateral basal posterior s6 s7 s8 s9 s10

Pulmón izquierdo:

Lóbulo. Segmento. superior culmen apicoposterior anterior s1-2 s3 lingula superior inferior s4 s5 inferior superior o apical basal anteromedial basal lateral basal posterior s6 s7-8 s9 s10